Las ciudades autónomas españolas de Melilla y Ceuta, en el norte de Marruecos, son frecuentemente foco de conflicto por la llegada de migrantes. Escenas de extrema violencia se repiten cuando miles de personas intentan saltar las vallas que separan el continente africano de esos enclaves europeos.
El pasado 24 de junio sucedió, probablemente, el hecho más grave de todos. Ante un nuevo intento de cientos de migrantes y en medio de la represión por parte de fuerzas de seguridad marroquíes y españolas se produjo una avalancha. Si bien los datos oficiales hablan de 23 víctimas fatales, organizaciones de Derechos Humanos elevan la cifra a 37.
Mientras el presidente español, Pedro Sánchez, felicitaba el operativo, Marruecos solicitó más dinero a Europa para controlar el flujo migratorio. Esta dinámica no es nueva, pero sí curiosa. A pesar de que durante décadas el Reino norafricano no ha logrado resultados, desde el viejo continente le siguen girando partidas millonarias.
El politólogo y profesor español Borja Salvador Paz, asegura en esta entrevista que “se sigue apostando a una fuerte relación con Marruecos, porque este país es el gran aliado de EE.UU. en la zona, ya que hace de contrapeso a Argelia la cual es aliada, a su vez, de Rusia y China”. No obstante, aclara que el régimen marroquí “sabe que su gran carta para mantenerse como un actor importante y fuerte en la zona es utilizar la inmigración” pero no le interesa “controlarla del todo” porque sino “no tendría más armas para chantajear”.
– La reciente masacre de Melilla causó un fuerte impacto debido a su magnitud. Sin embargo, es recurrente la aparición de oleadas de migrantes allí -y también en Ceuta- que son víctimas de la violencia marroquí y española. En España, el discurso gubernamental aseguró que la explicación de esto está en el accionar de “mafias”. A grandes rasgos ¿Cuáles son las razones que convierten esa zona del norte de África en un foco de llegada de migrantes subsaharianos?
– Las razones realmente son muy claras en términos generales. Debemos entender que el continente africano, pero más concretamente el África subsahariana, no solo ha sufrido el expolio de gran parte de sus recursos naturales durante el colonialismo, sino que desde sus respectivas independencias los Estados resultantes están dominados por unas oligarquías dictatoriales. A su vez, estas están apoyadas por los Estados liberales de Occidente que mantienen a la población local sumida en una estricta pobreza y siguen esquilmando sus recursos. Todo lo cual provoca de manera masificada que haya auténticos éxodos hacia España y Europa en busca de una mínima oportunidad para subsistir.
Luego debemos entender que, de manera más concreta, el régimen marroquí utiliza a muchos migrantes como peones, como forma de presión. Les permite pasar por Ceuta, sobre todo, y Melilla también, cuando trata de conseguir algún favor de Europa o de España.
Efectivamente, cuando hablamos de cuestiones que van más allá de la legalidad, las mafias siempre afloran. Sobre todo en términos de la inmigración que va por mar. Es conocido que hay unas redes mafiosas que se encargan de sacarle el poco dinero que tienen a esos migrantes subsaharianos para meterles en una barca y probar suerte.
Hay señores, iba a decir señores de la guerra, aunque en este caso no son señores de la guerra pero son igual de criminales, que se aprovechan de la pobreza de la gente.
– Mencionabas la situación interna de los países africanos, pero también la complicidad de lo que llamaste “Estados liberales” ¿Qué responsabilidad tienen estos países -Europa y EE.UU. principalmente- en las crisis económicas, políticas y sociales en África que generan migraciones masivas?
– La responsabilidad es total y absoluta. Primero por una cuestión histórica: Occidente se encargó durante prácticamente 200 años de expoliar los recursos naturales de África y construir Estados con fronteras nacionales muy artificiales que ni siquiera respetaban las divisiones étnicas históricas de la zona. Y en la actualidad es Occidente quien tiene un interés superlativo en mantener regímenes dictatoriales en toda África para que los intereses de las grandes corporaciones capitalistas estén bien asegurados a la zona.
Cualquier intentona democratizadora en un país africano va a ser siempre cortada de raíz por Europa y EE.UU. ya que eso puede poner en peligro los intereses económicos de gente muy poderosa. Así que la responsabilidad es absoluta y también compartida efectivamente con las propias oligarquías africanas que están muy cómodas con esa situación.
– Señalabas que Marruecos “usa” a los migrantes como herramienta de presión. Sin embargo, desde hace años recibe dinero por parte de la Unión Europea con el objetivo de controlar la inmigración hacia el norte. ¿Por qué Bruselas, y Madrid particularmente, siguen apostando a esta fuerte relación con Rabat? ¿Es solo por la inmigración o hay otras razones?
– Básicamente se sigue apostando a una fuerte relación con Marruecos, primero porque este país es el gran aliado de EE.UU. en la zona, ya que hace de contrapeso a Argelia la cual es aliada, a su vez, de Rusia y China. El régimen marroquí es por naturaleza chantajista, piden dinero para controlar la inmigración, pero como pasa siempre en ese país todo dinero acaba en manos de la familia real. Sólo una pequeña parte realmente sirve para su cometido inicial. Por eso mismo siguen reclamando más y más dinero porque saben que desde Europa, o desde España más concretamente, nunca se van a negar el dar esas partidas económicas por el miedo a lo que puede hacer Marruecos.
Marruecos sabe que su gran carta para mantenerse como un actor importante y fuerte en la zona es utilizar la inmigración. No le interesa, por mucho dinero que le des, controlarla del todo. Porque sino no tendría más armas para chantajear cuando lo considerasen.
Cuando el año pasado explotó la primera gran crisis entre España y Marruecos con ese trasvase de migrantes en un día en la frontera, el día después -que de hecho un migrante murió ahogado- España ya lo dotó otra vez de una partida económica de 30 millones de euros. Es decir, Marruecos me está demostrando que le importa lo más mínimo controlar la frontera y cuando, perdón por la expresión, me la lía, le doy 30 millones más. No hace falta ser un erudito en la política para ver que hay algo raro ahí, que parece que es todo una broma.
– Más allá de los motivos oficiales, esta decisión de Europa de reforzar en Marruecos su “frontera sur”, le da a ese país una posición estratégica ¿Cómo ha actuado el Reino en relación a esto? ¿Ha sabido aprovechar ese rol en pos de sus propios intereses?
– El principal interés es poder recibir el máximo de dinero posible. Marruecos sabe aprovechar toda esta situación desde hace décadas, sobre todo desde principios de los 2000. Piden dinero para controlar la inmigración, ese dinero sirve para engrosar las arcas del Rey, y además deja pasar a los inmigrantes cuando lo considera porque tiene que presionar a España por no sé qué asunto político. Es un negocio perfecto.
Marruecos sabe de antemano que España y Europa van a hacer lo que ellos pidan. Van a dar el dinero que ellos pidan por miedo. Y todo ese dinero que va entrando le sirve para crecer, pero no socialmente como país, sino militarmente. Para tener un ejército más potente y así poder seguir masacrando al pueblo saharaui y amenazando a Argelia. Todo gracias a su estrecha amistad con EE.UU. Si Marruecos no fuera no tuviera detrás a Washington, pues quizá otro gallo cantaría.
– La mayoría de los migrantes que llegan a Ceuta y Melilla proceden del África subsahariana. Para llegar a Marruecos lo pueden hacer por dos países: uno es Argelia -con el cual el Reino tiene una histórica relación de tensión- y el otro el Sahara Occidental, bajo ocupación colonial por parte de Rabat. Considerando que el gobierno marroquí facilita el flujo de personas hacia su territorio ¿la independencia saharaui no sería una forma eficaz de frenar esta política?
– Primero voy a hacer una puntualización: Marruecos no es la potencia colonizadora en el Sáhara, es España. Esto hay que recordarlo porque a mucha gente se le olvida y con esto no quiero quitar peso a lo que hace Marruecos ahí. Que no se me malentienda, pero hay que dejar muy claro que la potencia colonizadora a efectos de la legalidad internacional sigue siendo España. Porque es quien colonizó la zona del Sahara a finales del siglo XIX y nunca inició un proceso de descolonización.
En 1975 España le regaló al rey de Marruecos esa zona de África. Le dijo básicamente «oiga, usted pase por aquí y haga lo que quiera». Pero como no ha habido un proceso de descolonización acorde a la legalidad internacional, técnicamente España sigue siendo la potencia colonizadora que ha dejado pasar a un amigo suyo para que le haga ahí el trabajo sucio y lavarse las manos con el problema.
Yendo a la pregunta, desde luego la independencia de la nación saharaui sería un muro para esta política y para este flujo masivo de migración. Con una República Saharaui pienso -tendríamos que verlo-, que las fronteras de esa zona estarían mucho más vigiladas. Cuando un país se independiza, las estructuras de Estado más represivas cobran mayor importancia, porque el Estado se está construyendo. Entonces no creo que hubiera una frontera libre en el Sáhara y eso imposibilitaría que hubiera la misma situación que hay ahora con el tema de migrantes subsaharianos.
Esa migración que ahora llega a Marruecos sería mucho menor en ese hipotético caso y eso implicaría que perdiera su gran arma de chantaje hacia España, hacia Europa. Esa es una de las tantas razones por las cuales Rabat no quiere ni oír hablar de un proceso de descolonización del Sahara.
– En paralelo al financiamiento de Marruecos, Europa ha desarrollado otras políticas con el argumento del control de la migración y “el terrorismo” en África. Como por ejemplo la creación del G5 Sahel, impulsada por Francia en cinco de sus ex colonias. Asimismo EE.UU. desde 2007 creó su mando combatiente unificado para el continente, AFRICOM. Este incremento de la presencia militar y financiera se dio en paralelo al avance de China en la región como principal socio comercial de la mayoría de los países africanos. ¿Qué mirada tenés sobre el lugar que cumple el continente en la disputa geopolítica global y que se puede esperar en el futuro al respecto?
– Hay que decir que efectivamente la Unión Europea y EE.UU. ya no son lo que eran a nivel de control de África concretamente. Pero no van a irse por las buenas, por tanto se tienen que inventar ciertas organizaciones de tipo militar. Sobre todo para seguir teniendo una presencia más o menos importante en la zona.
Sobre África es una pena lo que voy a decir, pero sigue siendo un continente doblegado a las directrices del imperialismo del norte del planeta. Las independencias de mitad del siglo pasado no fueron más que papel mojado. Porqué independencia significa soberanía, y la soberanía -a excepción de tres cuatro países- brilla por su ausencia.
Y en la disputa geopolítica global sigue siendo el siervo de grandes potencias y ese va a ser su futuro a mediano plazo, por desgracia. Por una parte EE.UU. y países como Francia seguirán en la zona sin el poder que tenían hasta ahora. Por otra parte China será quien domine los gobiernos locales a través del crédito y la financiación de infraestructuras.
Lo único que realmente puede salvar a África son procesos revolucionarios como el de Thomas Sankara en Burkina Faso, el de Patrice Lumumba en el Congo. Y si me apuras, procesos de revolución política como la de Gadafi en Libia. Pero ¿qué les pasó a estos tres hombres? fueron asesinados. En cuanto quisieron democratizar sus respectivos países y recuperar su soberanía nacional, el imperialismo llegó y acabó con ellos.
A grandes rasgos y en un futuro un poco lejano, solo una unión de varios procesos revolucionarios podría llevarnos a una África soberana, democrática y libre de los tentáculos del imperialismo occidental y oriental.
Así que en el tablero geopolítico, a África le queda mucho tiempo de ser el lugar de pruebas de los países poderosos.