Desde el 3 de marzo de este año, la agencia pública de noticias y publicidad Télam se encuentra vallada con custodia policial y a sus trabajadores y trabajadoras se les impide ejercer sus tareas por decisión del presidente Javier Milei. Sin embargo, legalmente la agencia no está cerrada -es necesaria la aprobación del Congreso- y no se ejecutaron despidos. De hecho, la dispensa laboral emitida por el interventor Diego Chaher, establece explícitamente que se continuarán pagando los sueldos.
En ese marco, los trabajadores y trabajadoras montaron un acampe frente a las sedes principales para rechazar el intento de cierre y custodiar los edificios, bienes y el archivo que pertenecen a toda la sociedad argentina. Asimismo, han impulsado un sin fin de actividades para dar a conocer el trabajo fundamental que realiza Télam y su rol clave en el sistema de medios de comunicación argentino.
De cara al aniversario 79° de la agencia el próximo 14 de abril, durante los últimos días lanzaron una campaña de recolección de firmas. “Las actividades que hacemos de poner mesas y juntar firmas tienen el objetivo de comentarle y hacerle saber a la ciudadanía de la situación que estamos viviendo en la Agencia Télam con el intento de cierre. Y también dar a conocer el proyecto de ley que laburamos como trabajadores y trabajadoras y desde el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) para proponer una salida superadora”, explicó Sabino Cabrera, delegado de la agencia, en diálogo con Primera Línea.
El proyecto plantea algunos ejes que buscan reducir la dependencia de la empresa de los gobiernos de turno. “Por ejemplo se plantea la creación de una comisión permanente de control de gestión en el ámbito legislativo; la creación de figuras en el directorio que no sean solo representantes del oficialismo, si no también de la oposición como existe actualmente en Radio y Televisión Argentina (RTA)”, apuntó el delegado que trabaja en el archivo de Télam.
La propuesta también incluye “el sostenimiento de la característica plural y federal del servicio periodístico; el rol de la agencia como contralor de la pauta publicitaria oficial; el resguardo de los archivos e inmuebles como valor cultural e histórico de la sociedad argentina; y por supuesto el sostenimiento de los puestos de trabajo”.
Esta campaña no solo es llevada a cabo por quienes trabajan en Télam, si no también por todo el SiPreBA, otros sindicatos, organizaciones sociales y políticas, en todo el país. El objetivo es poder juntar el número suficiente de firmas para que el proyecto deba ser tratado por el Congreso Nacional.
Asimismo, el sábado 20 de abril realizarán un festival justamente frente al edificio legislativo, en conjunto con los demás medios públicos con el objetivo de seguir visibilizando el conflicto y exigir que la agencia vuelva a funcionar.
Una resistencia colectiva
La apuesta del gobierno respecto a Télam parece alternar entre el desgaste y la improvisación. El hecho de haber forzado el cierre de la agencia sin ningún respaldo legal, pero al mismo tiempo sostener los puestos de trabajo y los salarios, da cuenta de una situación particular. Mientras en el resto de las dependencias estatales se llevaron adelante despidos masivos a fines de marzo, en la agencia esto no sucedió a pesar de haber tenido mucha mayor centralidad en el discurso gubernamental.
“Entendemos que hay una intencionalidad simbólica detrás del ataque a Télam y a los medios públicos en general, silenciando la agencia pero también dando de baja noticieros en la TV Pública”, analizó Cabrera. Y recordó que dentro del gobierno de la Libertad Avanza “hay figuras del macrismo” que sufrieron una derrota por parte de los trabajadores “cuando intentaron vaciar la agencia y llevar adelante los despidos” en 2018.
En aquel momento el funcionario a cargo de los medios públicos era Hernán Lombardi que intentó reducir a la mitad la planta laboral de la agencia. Tras cuatro meses de lucha y con varias sentencias judiciales a favor, se revirtieron todos los despidos.
Este antecedente implica una fortaleza para el colectivo de trabajadores y trabajadoras de Télam y también debería sembrar cierta cautela en el Poder Ejecutivo. A esto hay que sumar los intentos fallidos de vaciamiento y privatización que también intentaron los gobiernos de Carlos Menem y Fernando De la Rúa.
“Tenemos una convicción de que no sólo es válido pelear por los puestos de trabajo propios, de nuestros compañeras, compañeras y sus familias, si no también de que trabajamos con compromiso y pasión, y que tiene sentido llevar a cabo las tareas que realizamos en la agencia”, enumeró el delegado de SiPreBA, dando cuenta del espíritu que impulsa esta lucha.
Por supuesto, reconoció que no todo es color de rosa y hay “una exigencia física y mental al estar las 24 horas los siete días de la semana, en horarios que no son los laborales y sin poder proyectar otros aspectos de la vida”. Y que la presencia policial permanente así como el impedimento de trabajar genera distintas emociones entre los compañeros y compañeras: “desde la indignación a la bronca o incluso la incertidumbre del futuro”.
Sin embargo, puede más el abrazo y la organización. “Desde un hecho cotidiano como tomar un mate con quien tenemos al lado, compartir la comida, hasta llevando adelante las distintas actividades que venimos realizando que nos terminan emocionando y reafirmando el compromiso”, subrayó.
“Sabemos que no somos lo que enuncian desde el gobierno, las figuras con las que nos estigmatizan”. “Somos trabajadores y trabajadoras con dignidad que hacemos con compromiso, entrega y pasión nuestras tareas. Y eso nos da fortaleza a la hora de estar acá y nos levanta el espíritu”, concluyó.