El sistema de Residencias y Concurrencias se encuentra en una profunda crisis. Pero primero veamos en qué consiste. Las residencias son sistemas de formación con tareas asistenciales en hospitales y clínicas que permiten a quienes se acaban de recibir conseguir una especialidad. Son cargos de dedicación exclusiva con una carga horaria que puede llegar a las 100 horas semanales.
Hace unas semanas publicamos una nota en donde analizamos el estado de Salud del Sistema Público de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) en la que, resumiendo, destacamos que se viene registrando en los últimos años una caída sostenida de los cargos de residencia ocupados lo que impactará en el corto y mediano plazo en la presencia de menos especialistas que puedan cubrir la demanda creciente del sistema.
Estamos hablando de un problema complejo que cuenta con múltiples causas, no sólo la cuestión salarial. Hay una modificación en el mercado laboral que es global y consecuencia de las políticas neoliberales que se volvieron hegemónicas después de la caída del Muro de Berlín. La inestabilidad laboral, la flexibilización del mercado de trabajo, la uberización de la economía fueron generando un cambio cultural que hace creer a masas cada vez más amplias de trabajadores que el empleo registrado y para toda la vida, que en general marcó la realidad de sus padres, hoy es un sinsentido. Es decir, es una disputa de sentido que va mucho más allá de lo salarial, aunque sea eso lo que se está discutiendo en conflicto que está en curso en la CABA y, hay que decir, que del resultado de esta lucha depende en buena medida la posibilidad de sostener la atención de los servicios de salud en los años venideros.
Este año se ocuparon aproximadamente el 50% de los cargos de residencia vacantes en la Ciudad, Provincia de Buenos Aires y Nación, un número escalofriante. El doctor Rodolfo Moreno, presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), declaró que “la situación es dramática. La no formación de pediatras y médicos clínicos generará una grave crisis de salud pública en los próximos años”. Esa entidad sacó un comunicado donde remarca: “Desde la SAP consideramos que el sistema de residencias médicas, puesto en práctica en ámbitos de formación supervisados, bien remunerados, respetuosos y seguros, constituye la mejor opción para la formación de especialistas en todas las áreas de la pediatría y propicia las condiciones básicas para alcanzar el mejor nivel de atención de nuestros niños, niñas y adolescentes. Alertamos con énfasis sobre la grave situación presente y sus consecuencias futuras, y llamamos a la reflexión y participación activa de cada uno de los sectores involucrados”.
Los residentes y concurrentes de la Ciudad de Buenos Aires llevan más de 40 días de lucha reclamando una recomposición salarial, mejores condiciones de trabajo y ART. Pese a la persecución que vienen sufriendo en algunos hospitales, las amenazas del propio Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la represión en la movilización del día 27 de octubre, están logrando sostener medidas masivas como la marcha que el 28 de octubre recorrió el centro porteño.
Hoy las residencias se encuentran de paro por tiempo indeterminado y la propuesta que les acercó el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, es el cobro de $197.281 en bruto a partir del mes de octubre, lo cual fue rechazado y se continuará con el plan de lucha la semana próxima. Más allá de lo genuino e histórico del reclamo, en los últimos años el conflicto viene tomando una dimensión extra que nos lleva a vislumbrar una crisis inminente de la continuidad de la atención en el Sistema Público de salud.
Mientras de este lado de la General Paz la respuesta es represión y amenazas, en la Provincia de Buenos Aires frente al mismo problema, se elaboró un nuevo reglamento de residentes que contempla la reducción de las guardias de 24 a 12 horas, plus salarial por guardia, hijos/as y elección de zonas de baja cobertura y eliminación del pago de la caja de médicos. Esta conquista no surge de la nada, sino que es producto de la misma pelea histórica sumada a un gobierno que al ver la crisis en puerta intenta dar una respuesta.
Fuentes del Ministerio de Salud bonaerense consultadas para esta nota destacaron que en una provincia con menos recursos económicos por habitante y un Sistema de Salud con problemas estructurales se brindó una solución que contempla los reclamos de los residentes mientras el distrito más rico del país hace oídos sordos. Vale destacar que ya en 2020 el Ministerio a cargo de Nicolás Kreplak había tomado la decisión histórica de ofrecer el pase a planta de la totalidad de los residentes que concluían su formación ese año.
Hoy el reclamo es salarial, pero todo este proceso evidencia una crisis de un sistema de formación que va a impactar en la atención sanitaria en los próximos años. Como decíamos hace unas semanas, el desafío colectivo es lograr salir de reclamos corporativos aislados y encontrar la forma de defender de forma conjunta al Sistema Público de Salud. La profesionalización de enfermería, el aumento salarial para el personal de planta con mejores condiciones y la pelea de residentes y concurrentes tienen que lograr encontrar un cauce común.