Las imágenes de la Franja de Gaza siendo masivamente bombardeada por Israel son una película repetida. Parece que periódicamente los medios de comunicación del mundo vuelven a pasar el mismo video y los edificios destruidos hace 2, 5 o 15 años, vuelven a caer.
Pero no son los mismos. Una y otra vez, las y los trabajadores reconstruyen sus viviendas, sus hospitales y escuelas derribados por las bombas israelíes. No son mencionados en las coberturas periodísticas, pero son ellos y ellas quienes hacen posible la vida y la resistencia de más de dos millones de personas que viven en la cárcel a cielo abierto más grande del mundo.