Ambiente El mundo Nov 3, 2024

Valencia: destrozos, muertes, fake news, pero también nuevos lazos de solidaridad

Las lluvias de la DANA no son nuevas, pero se volvieron más extremas con la llegada de la crisis climática. En medio del caos por los destrozos y las más de 200 muertes, otros fenómenos sociales comienzan a surgir en el Estado español.

Las imágenes de estos días de los destrozos y muertes en la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía parecen sacadas de una película del cine catástrofe, dignas de una narración distópica. Sin embargo, es la nueva realidad que enfrenta el mundo con la llegada de la crisis climática. Por las redes circularon videos que mostraban cómo las personas perdían sus pertenencias en las inundaciones, cuerpos que eran arrastrados por las fuertes corrientes, autos que se agolpaban en las calles y muchos hogares que terminaron destruidos por los fuertes vientos.   

El fenómeno denominado Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), también conocido como “la gota fría”, no es nuevo en las regiones mediterráneas de la península Ibérica y Baleares. Las poblaciones suelen conocer este tipo de lluvias, pero la novedad es que en el último tiempo, producto del “calentamiento global”, se está volviendo cada vez más extremo. 

“Sabíamos que venía DANA, pero no con tanta virulencia”, dijo el director de Meteorología de Meteored, José Antonio Maldonado, en una entrevista con el medio español Heraldo. «Hablábamos de cantidades de 150 o 200 litros por metro cuadrado, que ya es muchísimo, pero se han superado todas las previsiones”, agregó.

Por su parte, la Asociación Meteorológica Española (AME) aseguró en un comunicado que el aumento de severidad y frecuencia de este fenómeno está vinculado a la crisis climática, como vienen anunciando año tras año los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU. 

Valencia Dana 2024

Es que estos fenómenos son una realidad cada vez más presente en todo el mundo. Semanas atrás, el Huracán Milton –el segundo más grande registrado en el Golfo de México– golpeó el sur de Estados Unidos, dejando un saldo de más de una docena de muertos, dos millones de personas sin electricidad y varios miles de desplazados. Tan solo dos semanas antes, el Huracán Helene dejó más de 200 muertos. En mayo, Río Grande do Sul (Brasil) sufrió inundaciones en cientos de municipios que provocaron daños inmensos y más de 250 víctimas entre muertos y desaparecidos.

En este contexto, la comunidad científica mundial volvió a enfatizar la necesidad de reforzar, mantener y financiar los sistemas de observación y predicción meteorológica, para proteger a las poblaciones y poder brindar alertas tempranas sobre la llegada de estos fenómenos climáticos. Algo que en Argentina ha sido puesto en cuestión desde la llegada de Javier Milei al Gobierno. 

Fake news a la derecha

Mientras que el Gobierno español, liderado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) anunciaba que las muertes ascendían a más de 200 personas (sin declarar la emergencia nacional); los equipos especializados actuaban en la zona realizando rescates, entregando comida, agua y productos de higiene. En el mismo momento en que los refugios se abrían y los voluntarios recibían miles de personas que lo perdieron todo, la derecha española se encargaba de difundir fake news a través de WhatsApp y otras redes sociales. 

Distintas organizaciones sociales denunciaron que militantes de la derecha creaban noticias falsas sobre las causas de la DANA, invisibilizando su relación con el calentamiento global y asegurando que el problema fue la destrucción de represas construidas durante el régimen franquista. “Esto con Franco, no pasaba”, era el mensaje central. También intentaron fomentar la indignación de la población, mintiendo sobre supuestos saqueos a supermercados, poniendo el foco en que los ejecutores habrían sido extranjeros marroquíes. 

En esta sintonía, el partido ultraderechista, Vox, utilizó su cuenta de X para asegurar que los valencianos durante el temporal estaban durmiendo en refugios precarios, mientras que los “migrantes ilegales” se encontraban en grandes hoteles lujosos, sin sufrir ningún tipo de pérdida. 

En momentos de caos, estas tendencias políticas intentan desplegar su ideología utilizando a su favor los mecanismos de desinformación que permiten los entornos digitales, como también las angustias de las poblaciones por la falta de políticas de prevención y adaptación de las ciudades a la crisis climática. 

Nuevos lazos de solidaridad 

En todo el mundo parecen ser tiempos oscuros. Tiempos del “sálvese quien pueda” y del individualismo, de ultraderechas que marginan a miles de extranjeros desplazados por los conflictos imperialistas y las catástrofes ambientales. Y de una crisis climática que se acelera sin parar, avivada por los poderes económicos e ignorada por los gobiernos que no ponen un freno de mano a la situación.

Sin embargo, frente a las escenas trágicas y catastróficas, otras imágenes empiezan a aparecer para quienes quieran mirar: las de la solidaridad y la organización colectiva. 

Los diarios españoles relatan en estos días que miles de voluntarios se organizan para ayudar a los afectados por la DANA. Entre ellos, hay una comunidad que sale al encuentro de los demás, destacándose en particular por vivir en un hotel de migrantes de Medio Oriente y Latinoamérica. Lejos de hacerse eco de las fakes news contra ellos o de quedarse en sus habitaciones masticando resentimiento, salieron a las calles con sus ollas, prendieron sus fuegos y comenzaron a cocinar para todos los valencianos que lo necesitaban.

“Para mí esto es lo mejor que ha pasado. Es una experiencia a la que hemos sobrevivido. Mucha gente se quedó sin casa, sin comida, sin nada, pero nos tenemos todos”, dice un hombre entrevistado por el medio español Levante, mientas cocina para otros.  

Escenas como estas regalan una esperanza renovada para aquellos que en estos tiempos pierden el ánimo y la esperanza. El pueblo, los trabajadores y trabajadoras, los migrantes, demuestran una vez más que la salida a los padecimientos sociales es construyendo solidaridad, fraternidad y unidad, valores que no están perdidos y que permiten volver a imaginar construcciones colectivas que puedan cambiar radicalmente las formas de vida en todo el mundo.

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