Más de cien mil personas de 60 países son víctimas de redes de trata que las captan con ofertas de trabajo falsas en supuestos call centers en Tailandia. Sin embargo, son obligadas a realizar estafas virtuales en centros ubicados en Myanmar. Un negocio que floreció con la pandemia de Covid 19 y es posible gracias al oscuro entramado de las criptomonedas, que permiten blanquear el dinero robado.
Pero para lograrlo resulta fundamental la conectividad a internet, un servicio al que estas organizaciones ilegales acceden gracias a la empresa satelital del hombre más rico del mundo, garante necesario de este complejo criminal de explotación laboral.