Esta última semana estuvo fuertemente marcada por el pedido de condena y proscripción política a la vicepresidenta Cristina Fernández por parte del fiscal Diego Luciani. Las movilizaciones en defensa de la dirigenta, los pedidos de la oposición para iniciar un juicio político al presidente Alberto Fernández y el reavivamiento pleno de la “grieta” ocuparon todos los titulares.
Sin embargo, en simultáneo continuó desenvolviéndose otra trama de gran importancia: la de la gestión política de la delicada situación económica del país. Aquí el protagonista sigue siendo el “superministro” Sergio Massa, que esta semana anunció recortes por 210 mil millones de pesos al gasto público presupuestado hasta fin de año. Con esto busca continuar acercándose al cumplimiento de la meta de déficit fiscal del 2,5% del PBI acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2022.
El recorte afecta a varios ministerios y áreas nacionales: Educación, Obras Públicas, Transporte, Salud, Desarrollo Productivo y Desarrollo Territorial y Hábitat.
En el caso de Educación el gasto se reduce en 50.000 millones (un 5% de todo su presupuesto asignado) que hasta ahora se utilizaban para transferencias de recursos a provincias y municipios. Esto afecta especialmente al plan Juana Manso / Conectar Igualdad -al que al que se le recorta el 35% de su financiamiento-, la inversión edilicia en jardines de infantes -recorte del 35%- y a la inversión en equipamiento e infraestructura -recorte del 18%-.
Es decir, se trata de ajustes que perjudican tanto las condiciones edilicias como la expansión de la conectividad, problema que se volvió candente durante la cuarentena con el establecimiento del régimen de educación virtual. El argumento esgrimido para el recorte del plan Conectar Igualdad es que de cualquier forma no resulta posible en este momento adquirir computadoras en el exterior por la restricción sobre las importaciones. Sindicatos docentes y estatales protestaron por la decisión.
En otras áreas también hay recortes que afectan gastos especialmente sensibles. Se le quitan 50.000 millones al plan ProCreAR de créditos a la vivienda. En Salud 10.000 millones destinados a la prevención y control de enfermedades transmisibles e inmunoprevenibles (campañas de vacunación). Al área de Desarrollo Productivo pierde 70.000 millones destinados al crédito productivo, mayormente para pequeñas y medianas empresas. También se esfumarán 10.000 millones de transferencias a municipios para el transporte público. Y en Obras Públicas se le quitará un total de 20.000 millones, de los cuales casi la mitad son partidas de transferencias a provincias y municipios.
Puede verse, por lo tanto, que todas estas medidas afectan tanto a la actividad económica (contribuyendo a un efecto recesivo) como a los servicios públicos y el bienestar de los sectores populares. Los recortes a infraestructura y obra pública también impactan sobre el área ambiental, generando una mayor vulnerabilidad en una situación ya caracterizada por una crisis ecológica que tiende a incrementarse.
Del dinero ahorrado por esta decisión del ministro 128.000 millones serán utilizados por el Tesoro Nacional para pago de deudas, y los 82.000 millones restantes irán a un incremento en partidas de Asistencia Social y de Servicios Económicos, relacionada a gastos en personal y transferencias a empresas del sector público.
Estas medidas se suman a las ya anunciadas previamente por Massa: recorte a los subsidios energéticos (que producirá un considerable impacto en las tarifas) y congelamiento de la planta de trabajadores del Estado.
El panorama de la gestión ministerial se completa con otros dos elementos. El primero es que finalmente Massa designó a su “número 2”, Gabriel Rubinstein. Esta decisión ya había sido anticipada pero se había encontrado con un obstáculo: las redes sociales se inundaron de antiguas publicaciones del economista en los que criticaba duramente e inclusive insultaba a la vicepresidenta CFK. Para superar este problema, Rubinstein ensayó un tibio pedido de disculpas: “Quiero destacar además la amplitud del gobierno de incorporarme al equipo a pesar de comentarios agraviantes de mi parte en redes sociales que no correspondía efectuar”. Este gesto parece haber desarmado las resistencias y Rubinstein se incorporará como titular de la Secretaría de Política Económica.
Por último, Massa tiene planificado un viaje a EE.UU. para el mes de septiembre: se reunirá allí con Kristalina Georgieva, titular del FMI. También tendrá encuentros con representantes del sector energético norteamericano para buscar mayores inversiones en el país en el área petrolera (Vaca Muerta) y minera, incluído aquí el estratégico recurso del litio -lo que pone en riesgo la perspectiva de un desarrollo soberano del mismo-.
El devenir de la situación económica volverá sin duda a ponerse en el centro de los acontecimientos en las próximas semanas, a medida que las medidas impulsadas desde el Poder Ejecutivo empiecen a mostrar sus resultados (sean exitosos o no) y su impacto directo en las condiciones de vida de la población.