El miércoles 12 de abril, cuando se cumplan exactamente dos años y medio del femicidio de Florencia Gómez, se llevará a cabo en la Universidad Nacional de Rosario un “Juicio ético y popular”. Del mismo participarán “personalidades reconocidas” del ámbito jurídico, activistas sociales y políticos, y familiares de víctimas de femicidios.
La iniciativa es impulsada por el Partido Comunista (PC), organización de la cual formaba parte Florencia y apunta a “problematizar el accionar corriente de las policías, fiscalías y el conjunto de instituciones estatales que intervienen en este tipo de crímenes”, según sostuvieron en un comunicado.
Asimismo, mediante este proceso se buscará elaborar propuestas para reformular el Poder Judicial y que haya “profesionales capacitados para investigar con perspectiva de género y se pueda avanzar en erradicar estas violencias estructurales”.
“No nos limitaremos a reclamar justicia: el Partido Comunista acusa al Poder Judicial santafesino de cómplice y responsable de la impunidad sistemática que otorga al crímen organizado”, subrayaron.
Un femicidio impune
El 12 de octubre de 2020 Florencia Gómez fue violada y asesinada en un camino rural de San Jorge, provincia de Santa Fe. Tenía 35 años y dos hijas. Actualmente no hay ningún detenido por el crimen.
“Como familia sentimos impotencia por dos años de impunidad”, expresó el 12 de octubre del año pasado Gabriela Gómez, hermana de Florencia, en declaraciones al diario La Capital. Por su parte desde el PC cuestionan que “hasta hoy, el Poder Judicial no ha encontrado ni trazado una hipótesis que se acerque a conocer qué le pasó a Florencia aquella tarde cuando salió a caminar”.
Desde la organización solicitaron participar como querellantes de la causa, al igual que han hecho en juicios de lesa humanidad. Podría haber sido la primera vez que un partido político integrara una querella en un caso de femicidio, sin embargo el juez Pablo Ruiz Staiger rechazó la petición en una decisión cuestionable.
Es que según establece el artículo 93 del Código Procesal Penal de Santa Fe puede ser querellante “la persona jurídica cuyo objeto fuera la protección del bien jurídico tutelado en la figura penal, cuando se trate de delitos que afecten intereses colectivos o difusos”. En ese sentido desde el PC aseguran que su organización “no solo tiene como objeto la tutela del bien jurídico dañado por el delito que se investiga, esto es: la promoción de los derechos de las mujeres, el compromiso a conformar una sociedad libre de violencia de género; sino que también se considera bajo los requisitos del ‘ofendido penalmente’ ya que la asesinada fue una activa militante”.
“Aqui confluyen dos aspectos que cierran el plexo de necesariedad para la presentacion que se ostenta: el PC ha sufrido una perdida de una militante, y esa perdida se basa en un hecho de violencia contra las mujeres. Aquí la configuración del problema social de violencia hacia las mujeres se perfecciona en una sumatoria de femicidios que hace que los mismos ostenten un grado alarmante de sistematicidad”, completan.
¿Quién era Florencia?
Si bien la recurrencia de los femicidios genera muchas veces un alejamiento de la perspectiva que los expone como mera estadística, resulta necesario recuperar la humanidad y -en este caso- la militancia de las víctimas. Tal como señalan sus camaradas, lo de Florencia fue un crimen político.
Nacida el 25 de enero de 1985 en la localidad de Monje, Provincia de Santa Fe, con apenas un año su familia se mudó a Carlos Pellegrini, donde vivió la mayor parte de su vida. Ocho años atrás conoció a su ex pareja y padre de sus hijas Frida y Camila, Lisandro Schiozzi -militante del PC y concejal- y se mudó a San Jorge. “Con su primer embarazo se interesó por el parto respetado y la crianza comprometida, fue así que comenzó a participar de las ‘Rondas de crianzas’”, recordaron sus compañeros. Ya instalada en San Jorge “alimentó su compromiso con el trabajo social y fundó el espacio feminista Las Chuecas, para finalmente sumarse a las filas del PC”.
Desde allí desarrolló actividades vinculadas sobre todo a los derechos de las mujeres como la maternidad deseada, el parto respetado, la lactancia, etc. Incluso, en una revista local llamada El Aguante que publicaba junto con Lisandro, la mayoría de las columnas de Florencia hacían referencia a esos temas. Pero también denunció a las mafias vinculadas a las redes de trata y ayudó a mujeres en distintas situaciones de violencia organizando, entre otras actividades, talleres de oficios.
En las elecciones de 2019 fue candidata y estuvo a 300 votos de ser electa concejala. Poco antes de su asesinato estaba por convertirse en capacitadora de la Ley Micaela en el municipio.
En palabras de sus camaradas “Flor fue una enorme revolucionaria porque pasó de sufrir la realidad miserable del pueblo a transformar esa realidad. En San Jorge efectivamente dejó miles de semillas sembradas y por eso hay un pueblo entero que no se la olvidará jamás”.