Durante la primera semana de junio se llevó adelante en San Pablo, Brasil, el acto de lanzamiento de la iniciativa llamada “Quilombo en los parlamentos”, llevada adelante por la Coalición Negra por Derechos. El objetivo es impulsar en todo el país y en todos los niveles del Estado la candidatura de personas negras comprometidas con el movimiento, para poder formar un bloque parlamentario propio.
En el acto -realizado en un predio ocupado por movimientos sociales- se anunció el lanzamiento de más de 100 candidaturas de la coalición en todo el país. El evento contó con la participación virtual del ex presidente y actual candidato presidencial Lula da Silva, quien señaló que espera contar “con una gran bancada de negras y negros en 2023”.
La iniciativa es transversal a diversos partidos políticos: participan de la misma el Partido de los Trabajadores (PT), el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), el Partido Comunista de Brasil (PCdoB), el Partido Socialista Brasileño (PSB), el Partido Democrático Trabalhista (PDT) y Rede Sustentabilidade. La propia Coalizão Negra por Direitos reúne 250 organizaciones de la sociedad civil y la cultura.
En palabras de sus organizadores, lo que se busca es que sean las personas negras las que puedan hablar y accionar en su propio nombre. Desde 2010 las encuestas señalan que los negros y mulatos son la mayor parte de la población del país, con una proporción del 54%. Sin embargo, solamente el 18% de parlamentarios lo son, mostrando que sigue existiendo una clara dominación de las élites blancas por sobre la mayoría de la sociedad.
La iniciativa se trata además de un contrapeso explícito a la bancada conservadora conocida en Brasil por las iniciales “BBB” (“Bala”, “Biblia” y “Buey”), conformada por militares y policías, evangélicos y ruralistas, y al gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
La opresión a las personas negras ganó lugar en el debate público especialmente como reacción al triunfo de Bolsonaro en 2019. Ese mismo año se conformó la Coalición, que acusa al presidente de racista y genocida, por lo que apoyó el planteo de juicio político para su destitución y participa activamente de las movilizaciones que exigen su salida del poder.
El mes pasado la situación de las personas negras en Brasil volvió a tomar relevancia ante un episodio de violencia institucional: el asesinato de Genivaldo de Jesus Santos, de 38 años, a manos de la Policia Rodoviaria. El caso fue particularmente grave porque ocurrió en el marco de un método de tortura explícita: los agentes habían encerrado a la víctima en el baúl de un patrullero con gas lacrimógeno en su interior.
Este crimen policial a sangre fría recordó al de George Floyd dos años atrás en Estados Unidos, y que desencadenó el movimiento Black Lives Matter. Dentro del propio Brasil, los asesinatos policiales contra la población negra son moneda corriente, especialmente en las favelas. La Coalición denuncia una política sistemática de represión y encarcelamiento masivo de jóvenes negros.
Asimismo, un caso especialmente destacado de violencia organizada, tolerada y encubierta desde el poder fue el asesinato en 2018 de Marielle Franco, concejala socialista, negra y feminista de Río de Janeiro a manos de bandas paramilitares ligadas al propio Bolsonaro, bajo la presidencia del conservador Michel Temer.
Por último, la Coalición Negra por Derechos no se limita a rechazar la violencia policial y la discriminación racista, sino que su plataforma también incluye un amplio abanico de demandas: rechazo a la violencia machista contra mujeres y personas LGTB; eliminación de la pobreza, del desempleo y la precarización; conquista de igualdad salarial y derechos laborales; respeto de derechos a salud y educación pública y de calidad; al acceso a la vivienda; derecho a la ciudad, a la tierra, a la alimentación y a vivir en entornos saludables; protección de los territorios indígenas y las comunidades negras frente a la avanzada de empresas y propietarios rurales.
También levanta el planteo de descriminalización de las drogas y de la puesta en pie de una política de reducción de años que permita la desmilitarización de los barrios pobres y la restitución y reinserción de las víctimas del narcotráfico y de la represión estatal.
La esclavitud en Brasil y los Quilombos
El origen de la opresión a las personas negras en el continente americano se remonta a la institución de la esclavitud con la conquista de América. En Brasil los colonizadores portugueses utilizaban masivamente mano de obra esclava traída desde África en las plantaciones (especialmente en las de caña de azúcar), en la minería y más adelante también en el ganado y la producción de café.
La esclavitud de las personas negras fue durante casi cuatro siglos la piedra basal de todo el modelo primario-exportador que insertó a Brasil en el mercado mundial y el origen de la riqueza de sus clases dominantes tradicionales. Durante ese período entre 5 y 6 millones de personas fueron capturadas en África y llevadas por la fuerza al país sudamericano.
Brasil fue el último país del mundo occidental en abolir la esclavitud: esto ocurrió recién en 1888 a través de la llamada “Ley Áurea”, y fue uno de los últimos actos en la existencia del Imperio de Brasil que sería disuelto al año siguiente (desde 1822 se trataba de un Estado independiente de Portugal, pero conservando su forma monárquica).
Los esclavos negros protagonizaron toda una tradición de resistencia al poder de los esclavistas europeos. Una de sus formas era la fuga hacia territorios liberados conocidos como Quilombos, que defendían contra las permanentes invasiones lanzadas para someterlos.
El más conocido de ellos fue el de Quilombo de Palmares en Pernambuco, confederación de pueblos que resistió durante noventa años hasta su caída a fines del siglo XVII. Su último líder pasó a la historia como ícono de la resistencia: Zumbi dos Palmares, objeto de muchas producciones culturales del pueblo brasilero y todavía hoy leyenda que inspira la lucha negra.
Otras tradiciones de resistencia también perviven desde la época de la esclavitud: uno de las casos más emblemáticos es el de la Capoeira, expresión que combina artes marciales, acrobacia, musicalidad y movimiento rítmico. Las letras de las canciones cantadas en las rodas hacen referencia a los sufrimientos padecidos por los esclavos y también a figuras y eventos históricos o legendarios de sus luchas de siglos. La capoeira es practicada tanto en Brasil como en muchos otros países contribuyendo a mantener vivas esas tradiciones.