El mundo Jun 18, 2022

El primer caminante espacial

Siguiendo los pasos de Yuri Gagarin, el primer ser humano en abandonar una nave espacial y viajar por la inmensidad del cosmos sin nada más que un traje espacial fue Alexei Leonov.

“Doy este paso para mi país, para mi pueblo, y para el estilo de vida marxista-leninista”. Estas son las primeras palabras de un cosmonauta soviético pronunciadas desde la mismísima Luna. Se trata de Alexei Leonov y en honor a la verdad esto tan sólo sucedió en la serie de ficción For All Mankind. Pero Leonov no es un personaje de ficción; es un cosmonauta que vivió y tuvo su propia cuota de hazañas reales.

Pintor, aviador y… cosmonauta

Alexei nació en 1934 en Siberia. Cuando tenía solo dos años, su papá fue arrestado y declarado “enemigo del pueblo” en las purgas de Stalin. La pasión de Alexei era el arte, pero el costo de sus estudios era muy alto. Como plan B se anotó en una escuela de aviación.

Se ve que eso se le daba bien porque a los 23 años se graduó con honores en la Fuerza Aérea. Tan sólo tres años después integró la primera camada de cosmonautas soviéticos, entre otros con Yuri Gagarin, quien sería el primer ser humano en viajar al cosmos.

Su primera misión espacial fue la Voskhod 2 en 1965 junto con Pavel Belyayev. Allí Alexei hizo la primera caminata espacial de la historia, también conocida como actividad extravehicular (o EVA, por sus siglas en inglés). Se denomina así a toda actividad que los cosmonautas o astronautas realizan por fuera de sus naves.

Esta excursión duró tan solo 12 minutos, pero fueron suficientes para que el traje de Alexei se inflara como un globo por las diferencias de presión. El traje estaba tan hinchado que Leonov perdió la posibilidad de accionar el disparador de la cámara fotográfica por falta de movilidad.

La situación era preocupante ya que con el traje tan inflado, no podía pasar por la escotilla para regresar a la nave. La transmisión pública fue cortada porque la cosa no pintaba nada bien. Por suerte Alexei pudo accionar una válvula y desinflarlo, llevándolo incluso por debajo de niveles saludables pero gracias a esto pudo volver a entrar a la cápsula.

El viaje tuvo toda suerte de complicaciones adicionales, incluso aterrizando a unos 400 km del sitio planeado… en medio de un bosque habitado por lobos y osos. Al poco tiempo los helicópteros los encontraron, pero no podían bajar en medio del bosque. Alexei y Pavel pasaron la noche en la cápsula, pero sin escotilla y sin calefacción.

Al día siguiente lograron encontrarlos. Tras un breve recorrido en ski, fueron a un claro y finalmente los rescataron en helicóptero.

Una vuelta más y legado

Pero esta no fue la única misión de Alexei. El plan lunar soviético, a diferencia del norteamericano, contemplaba que los cosmonautas cambiaran de nave mediante una caminata espacial. La experiencia de Alexei en este terreno la propulsó como candidato ideal para ser el primer soviético en ir a la Luna. Sin embargo, los estadounidenses llegaron primero y unos pocos años después Moscú desarticuló su plan.

Alexei finalmente volvió al espacio pero para otra misión histórica, en 1975: la Soyuz/Apollo. En medio de las tensiones de la Guerra Fría, fue parte del primer apretón de manos internacional/espacial/capitalista/leninista.

Como si fuera poco, luego siguió a cargo del programa de formación de cosmonautas soviético, retirándose en 1992 ya bajo bandera rusa.

Un dato curioso más, ¿recuerdan que Alexei deseaba estudiar artes? Bueno, nunca lo abandonó del todo. En su última misión al espacio llevó papeles y lápices: fueron los primeros dibujos en el espacio.

Murió en 2019 a los 85 años; era el último sobreviviente de esa primera camada de cosmonautas rusos.

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