El 12 de junio se realizó en Francia la primera vuelta de las elecciones legislativas, dos meses después de las elecciones presidenciales. En aquella oportunidad, el presidente Emmanuel Macron resultó reelecto, quedando la ultraderechista Marine Le Pen en segundo lugar.
Las elecciones del 12 de junio, en cambio, presentaron un panorama diferente. En esta ocasión, el primer puesto resultó un empate técnico entre la coalición Ensemble! (Juntos) referenciada en Macron, y la coalición de izquierda-progresista NUPES (Nueva Unión Popular Ecológica y Social) encabezada por Jean-Luc Mélenchon. Ambas fuerzas obtuvieron alrededor del 25% de los votos, con una diferencia de décimas a favor del primero. Por su parte, la fuerza de Le Pen quedó tercera con menos del 19%.
La composición de la Asamblea Nacional quedará determinada en una segunda ronda que se realizará este domingo 19 de junio. El sistema electoral francés establece que cada distrito está representado por un único diputado, por lo cual se realiza un ballotage entre los dos más votados en la primera ronda. Aunque es probable que Macron obtenga más triunfos que sus adversarios, los analistas señalan que tiene dificultades para conseguir una mayoría absoluta. Sin ella, tendrá problemas para llevar adelante los proyectos que impulsa, como el incremento en la edad jubilatoria, medida que despierta un fuerte rechazo entre los trabajadores.
Respecto a los resultados de esta primera ronda, un primer dato significativo es la caída de los votos del presidente: la coalición oficialista perdió 8 puntos en relación a las legislativas de 2017. En Francia no es común para la fuerza que ganó las presidenciales retroceder tanto en las elecciones parlamentarias, y señala una importante debilidad política. Un fenómeno que puede leerse también en las importantes protestas que sacudieron el país en los últimos años, especialmente las de los Chalecos Amarillos.
El segundo dato es que esa deslegitimación política quedó capitalizada esta vez por la izquierda en vez de por la derecha. El NUPES logró desplazar a Le Pen como principal oposición al gobierno, cambiando el tono del debate político.
El tercer dato de las legislativas es la muy alta abstención electoral, que estuvo por encima del 52%: se trata de un nuevo récord histórico, y es todavía más alta entre la juventud y en los barrios obreros. Sin embargo, aunque este dato grafica una considerable desafección política, no se puede interpretar unilateralmente. Uno de los distritos con mayor abstención es el emblemático Seine-Saint-Denis, suburbio parisino de clase trabajadora y bastión de la izquierda: allí el NUPES obtuvo un resonante triunfo en primera vuelta con el 63% de los votos. En otras palabras, que la abstención sea alta entre la juventud y los trabajadores no significa necesariamente que esos sectores sean “neutrales” en lo político-ideológico.
La Nueva Unión Popular Ecológica y Social
El NUPES es un frente que se conformó luego de las elecciones presidenciales alrededor de la figura de Melenchon (histórico militante de la izquierda y el progresismo francés), pero incluyendo esta vez a otras tres fuerzas que en aquella oportunidad habían corrido por fuera: la formación Europa Ecología – Los Verdes (EELV), el Partido Comunista (PC) y el Partido Socialista (PS). A través de esta alianza se buscó evitar la dispersión de votos que en las presidenciales le impidió a Melenchon llegar a la segunda vuelta: su 22% había estado apenas por detrás del 23% obtenido por Le Pen.
La conformación de este frente se trata de un hecho novedoso que reúne por primera vez a gran parte de la izquierda y el progresismo francés, quedando por fuera únicamente las corrientes trotskistas: Lutte Ouvriere y el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), aunque este último llamó al voto crítico a sus candidaturas. El NPA critica la presencia en el NUPES del PS, debido a que en las últimas décadas gobernó Francia en varias ocasiones llevando adelante un programa neoliberal. Por su parte, en el propio PS la decisión de sumarse a la coalición de izquierda generó crisis y divisiones internas, ya que implicaba aceptar un programa significativamente más radical que el que dicha organización sostiene.

La existencia del NUPES fue el único dato político que generó entusiasmo en unas legislativas rutinarias, alrededor de la consigna “Melenchon Primer Ministro”. Lo que busca es aprovechar el impulso generado por la unidad de la izquierda para reconfigurar la relación de fuerzas que quedó establecida por las presidenciales: si lograra una mayoría parlamentaria podría plantearle al presidente Macron serios problemas de gobernabilidad, o por lo menos obligarlo a respaldarse únicamente sobre decretos ejecutivos.
El programa de este frente otorga una fuerte énfasis en cuestión ambiental y climática y levanta demandas sociales como el aumento del salario mínimo, la reducción de la edad jubilatoria y de la jornada laboral, así como el congelamiento de los precios de productos de primera necesidad y el restablecimiento del impuesto a las grandes fortunas suprimido por Macron.
Según el portavoz de la formación y diputado Alexis Corbière la posibilidad del NUPES de obtener triunfos en la segunda vuelta de las legislativas depende en gran parte de la participación electoral de los que en la primera vuelta se abstuvieron: los jóvenes y trabajadores, principal base de apoyo de la izquierda francesa.
Por último, un interesante dato de la dinámica política es que en 61 de los distritos que se disputarán en segunda vuelta la elección será directamente entre la izquierda y la lejana derecha de Le Pen, planteando allí un escenario de polarización similar al que se vivió en países como Chile en el que el “centro” del espectro político tendió a quedar desplazado de la contienda.