Gremiales Política Jun 26, 2022

Trabajo sin derechos en la Ciudad de Buenos Aires

Movimientos sociales marcharon a cinco Ministerios porteños de forma simultánea para exigir el reconocimiento de los trabajos realizados y mejores condiciones laborales. Una disputa por el modelo de ciudad y la visibilidad de la economía popular.

En la semana dónde la vicepresidenta Cristina Fernandez cuestionó a los movimientos sociales y a los trabajadores y trabajadoras que todos los días se organizan en la economía popular, organizaciones de la Ciudad de Buenos Aires se movilizaron a los Ministerios de Educación, Salud, Desarrollo Social y Hábitat, Desarrollo Económico y Espacio Público para reclamarle al Gobierno porteño el reconocimiento de sus trabajos y mejores condiciones laborales. 

Un mes antes habían realizado una importante marcha a la Jefatura de Gobierno, pero ante la falta de respuestas decidieron exigir la apertura de una mesa interministerial que pueda atender los diferentes reclamos. 

“Venimos pidiendo una audiencia con el Jefe de Gobierno, a través de una movilización, a través de una carta abierta y las sucesivas conferencias de prensa que fuimos dando y nos vimos forzados a movilizar para que Larreta entienda que la Ciudad es de todos, que la Ciudad incluye a los sectores populares y no es para hacer negocios”, sostuvo Walter Córdoba, referente de Barrios de Pie, uno de los organizadores de la movilización, en diálogo con Primera Línea. 

La contracara de la falta de respuesta a quienes se movilizaron estuvo en la velocidad con la que se avanzó en la aprobación del proyecto “Distrito de Integración Productiva e Impulso al Trabajo en Barrios Populares”, el pasado 2 de junio en la Legislatura porteña. Tan sólo veinte días después ya se había dado curso a las primeras licitaciones para grandes empresaspor valores insignificantes. 

Esto muestra el modelo de Ciudad que viene implementando Juntos x el Cambio y la sistemática invisibilización y negación de derechos para los y las habitantes de los barrios populares, en su mayoría organizades en la economía popular. 

El reclamo de las organizaciones sociales es por trabajo digno, políticas de promoción de empleo; la apertura de la Paritaria Social donde las cooperativas reciban aumentos acordes a la inflación; generación de Polos Productivos y Centros de Comercialización (Distrito de la Economía Popular) y un Sistema Integral de Cuidados para que las Promotoras que trabajan todos los días atendiendo emergencias de Género, Salúd, Ambiente, Educadoras, Cuidadoras, etc. puedan tener un reconocimiento salarial.

La economía popular no se puede negar, existe. Fueron estas trabajadoras sociocomunitarias las que sostuvieron y sostienen las ollas para los vecinos y vecinas, son quienes acompañan a las vecinas cuando sufren violencia, quienes cuidan a les pibis, quienes trabajan en cooperativas de reciclado, textiles, gastronómicas, de construcción, etc. 

Es por eso que los reclamos están relacionados a la promoción del trabajo; no se están pidiendo los mal llamados “planes sociales”, sino condiciones laborales dignas. Los movimientos y organizaciones sociales lucharon por adquirir derechos y avanzaron, pero todavía falta y es por eso que salieron a las calles con una agenda propia, mientras al mismo tiempo intentan frenar al Gobierno de Larreta en articulación con otros espacios, como los sindicatos de la Ciudad. 

“El gobierno no nos garantiza trabajo para nosotros, ¿y qué hacemos nosotros?, inventamos, buscamos, en lo que sea, vender, limpiar, cocer, cocinar, hacer empanada, chipa, mbeju, caburé, lo que sea para sustentar una mesa, un plato de cada día. Eso para mí ese es un trabajo digno, más digno que eso no lo encuentro”, señaló Yenny, referenta de Soberana y vecina de la villa 31.

También piden que se deje de recortar el presupuesto para Emergencia Social. Ya que si bien no se redujo la cantidad de raciones para los comedores y merenderos que en los barrios tienen largas filas para poder alimentar a vecinos y vecinas, se achicó el gramaje de cada ración. “Elegimos ser trabajadoras sociocomunitarias y darle de comer al barrio, pero ya no sabemos qué ponerle a la olla porque la gente tiene hambre y no alcanza, ¿para darle beneficios a las empresas hay plata pero para que las personas no tengan hambre, no?”, cuestionó Yenny.

Por su parte, Diego Chan, referente de La Barriada, sostuvo que “mientras el mundo piensa cómo evitar la concentración de las riquezas, como implementar impuestos redistributivos, cómo ordenar la economía en un contexto inflacionario, en un contexto postpandemia, en un contexto de guerra -y en la Argentina todo eso está agravado por cuatro años de gobierno neoliberal con el macrismo- Larreta en la Ciudad busca impulsar o implementar una ley que da extensiones impositivas a empresas, a grandes cadenas para que se radiquen en barrios populares”.

Avanzar en normativas como la llamada “Ley Farmacity” favorece la concentración de la riqueza, destruyendo cualquier emprendimiento de la economía popular que funciona en un barrio, o a cualquier vecino que venda una gaseosa por la ventana de su casa. 

“Es una política contraria a la que deberíamos estar pensando en la Ciudad más rica del país, deberíamos pensar cómo incentivar las pequeñas iniciativas o las pequeñas producciones de la economía popular para garantizar la supervivencia o la mejora de las condiciones de vida de los vecinos de los barrios más populares. El Gobierno de la Ciudad debería garantizar banco de herramientas, subsidios, facilidades de pago para los insumos, etc.”, completó Chan.

Los movimientos sociales y la economía popular están discutiendo una idea de Ciudad y de país que no los invisibilice, que no los niegue; que reconozca el trabajo que se hace en cada cooperativa, en cada espacio de cuidados, en cada barrio, que los tenga en cuenta dentro de la sociedad. 

No sólo están luchando por un plato de comida y contra el aumento de los índices de pobreza e indigencia, sino por políticas públicas que reconozcan e impulsen ese trabajo cotidiano que se inventó a fuerza de necesidad. Además, exigen que se deje de priorizar que las grandes empresas ganen más y se avance en políticas de redistribución del ingreso.  

Las organizaciones invitaron a las personas “de traje y corbata” que “desde un escritorio deciden el futuro” a visitar los espacios de trabajo, a pensar quién puede vivir hoy en día con 20 mil pesos, argumentando que sólo con un “plan” es imposible subsistir si no se complementa con mucho trabajo y otros ingresos. También los invitaron a ir a un hospital público o una salita cuando tienen una emergencia, para allí encontrarse con que no hay insumos, o a una escuela, donde sus hijos e hijas no tendrán vacantes.

Al finalizar la movilización sostuvieron que van a seguir en las calles porque es la única forma en la que los sectores populares conquistan derechos, porque los teléfonos no suenan ni las puertas se abren con buena predisposición.

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