Atento a lo que sucede en Florida con los ya casi perennes retrasos del programa Artemis, Elon Musk no deja de pisar el acelerador. Es que sus equipos tanto en Florida como en Texas no están ocupados en otra cosa más que su propio programa: Starship.
Con ese nombre que parece de una película de ciencia ficción, el futuro sistema de lanzamiento de la empresa SpaceX promete ser un antes y un después en el mundo de los lanzadores espaciales. Un vehículo que, de cumplir con lo prometido, se convertirá no sólo en el más potente de todos los tiempos sino en el primero en ser 100% reutilizable.
Quemando etapas
¿Y esto qué significa? Habitualmente un cohete consta de distintas partes, llamadas etapas, las cuales se van desechando a medida que agota su combustible. Esto puede tomar distintas formas, ya sea como “boosters” o como etapas integradas verticalmente. El primer caso refiere a suplementos montados lateralmente, como es el clásico ejemplo en los Transbordadores Espaciales y sus cohetes laterales blancos. El segundo caso remite a etapas de un cohete que van apiladas una sobre otras, como es el caso de las tres del Saturn V que llevaron a la humanidad a la Luna hace ya más de medio siglo.
En general estas etapas se van desechando y caen al mar o se desintegran en la atmósfera. Con contadas excepciones, como es el caso de los boosters del Transbordador Espacial, se descartan y nunca vuelven a volar.
SpaceX fue la primera empresa en reutilizar una de las etapas de sus vehículos espaciales al volar varias veces las primeras de sus cohetes Falcon 9, además de sus cápsulas espaciales. Hoy varias empresas tales como Blue Origin de Jeff Bezos y la neozelandesa Rocket Lab tienen planes de reutilización de sus primeras etapas y/o cápsulas.
Y ahora la compañía de Elon Musk quiere llevar esto un paso más allá. Starship no sólo reutilizará su primera etapa, sino también la segunda. Ambas partes del vehículo regresarán a la Tierra para ser cargadas con combustible y estar listas para volar en cuestión de horas, algo no muy distinto a lo que sucede con un avión comercial.
Varios componentes del vehículo Starship ya fueron probados. Tal es el caso de sus motores Raptor y su sistema de propulsión y aterrizaje con pequeños vuelos de hasta 10 km de altura. Sin embargo, el vehículo completo aún no ha realizado ningún vuelo y las presiones por que lo haga son cada vez mayores.
Independencia del tío Sam
Es que SpaceX depende de los jugosos contratos de la NASA y el Departamento de Defensa de EE.UU. para su subsistencia. Sin estas inyecciones de dinero, la empresa no es rentable y quebraría en cuestión de pocos meses. Elon quiere deshacerse de esta dependencia y su plan consiste en ofrecer Internet de alta velocidad de manera satelital, algo que ya opera en algunos países mediante su red Starlink.
Con un costo de unos 110 dólares mensuales, Starlink es la única opción de Internet de calidad en zonas de limitado acceso como por ejemplo la Antártida y hasta en el medio del océano. De hecho los ingresos de Starlink en los próximos años prometen ser iguales o mayores que los que SpaceX obtiene hoy en día por lanzar cargas para terceros.
¿Y qué tiene que ver Starship? Es que la red Starlink ahora con más usuarios está empezando a saturar la capacidad de sus satélites. Incluso con miles de satélites en órbita, el sistema no está funcionando a las velocidades prometidas. La solución de SpaceX es una nueva versión 2.0 de los satélites Starlink que sólo puede ser lanzada por el sistema Starship y no por los cohetes actuales.
Con un sistema Starship aún en desarrollo y un Elon Musk cada vez más impaciente, SpaceX está trabajando contra reloj para poder lanzar su nuevo cohete lo antes posible y así evitar la dependencia de fondos del gobierno de EE.UU. Son tales las presiones, que están realizando pruebas de encendidos estáticos de sus motores casi todas las semanas. En estas pruebas se simulan condiciones similares al despegue, incluso llegando al encendido de los 33 motores pero sin dejar de sostener el cohete de manera tal de que no salga volando.
Bajo fuego
En una de estas pruebas el fuego de los motores se salió de control y encendió unos pastizales cercanos en Boca Chica, Texas. El equipo de contención tuvo que hacer aún más quemas para que actúen como contrafuego. El daño ambiental en una zona protegida y a escasos metros de la frontera con México es significativo. La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), de EE.UU. tiene a SpaceX en la mira y podría quitarles las licencias para lanzar desde este flamante puerto espacial, aunque sería un paso drástico e improbable.
Las presiones en el equipo de SpaceX continúan, con un jefe que se sabe que es poco permisivo y que da el (mal) ejemplo de trabajar hasta 20 horas diarias. En una industria en donde la seguridad es lo primero y principal, con este ritmo de trabajo demencial, no sorprendería que escucháramos historias muy tremendas si es que a los empleados les permitieran hablar con la prensa.
Primer lanzamiento
Se estima que SpaceX intentará un primer lanzamiento este mismo año, si es que las pruebas estáticas continúan por el buen camino. Aún resta por definirse si este primer lanzamiento llevará satélites Starlink 2.0 o si será un vuelo de prueba sin carga. Muchas incertidumbres para un vehículo que promete mucho pero que aún tiene mucho por demostrar.